Espacios de encuentro
En
los espacios que habito, hoy pude compartir orbes, aves y lunas.
Sentí
que el miedo se divertía en un deslizadero, mientras yo le sonreía.
Me
pidió varias veces que lo columpiara, pero yo negué de lejos.
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“Hoy no, hoy no”
Después
de regar la tierra con lágrimas, hoy experimenté la vivencia de una flor.
Renacer,
después de regarte, y compartir, cuando se te da la oportunidad, de llenar las
hojas de color.
Limpié
el ambiente con palabras e incienso.
Y
caminé de la mano con una balanza imaginaria.
Qué
raro sentir que caigo de pie y no sentada.
Esta
vez el encuentro fue en las sombras, entre gatos y murciélagos.
No
había otro lugar en la tierra en el que pudiésemos encajar más que en los
brazos de la otra.
No
nos despedimos.
Solo
nos dejamos un rato.
Porque
los espacios que habito contigo son únicamente de encuentro.
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