Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

Amanda, digna de amor.

No pretendo que me perdonen por ser la primera  mujer que mordió la manzana. La tentación se adueñó de  mi alma y yo estaré dispuesta a hacer lo que sea con tal  de no tener en mis manos a un soldado herido, a un  latente rojo.  Mi madre prefirió la soga y no la culpo  por ello. Aquella textura rasposa podía ser más una  caricia que el sabor a sangre en la boca o las palabras  ahogadas en vicio.  Veo almas muertas cada noche y aún no  siento ningún corazón. Depredadores de carne y gordos de  ambición, son doscientos tres los hombres que siguen  viviéndome en una película ficción.  La soledad era mi  mejor amiga, aunque hace un tiempo que la traicioné. Tres veces la negué. Esos tres también fueron los tiros que contó aquella vendedora de amor, pero a  pesar de este maldito desastre y del vino regado sobre  toda la habitación, aún creo en el alma, aún creo en mi  salvación.