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Mostrando entradas de septiembre, 2020

Me he marchitado

  Me he marchitado. Me he marchitado, y ahora me llaman por otros nombres. Me desconocen. Los climas internos me azotaban y ya nadie creía que yo, como flor, podía ser otra vez. Me he marchitado, y es solo cuestión de tiempo para que me arranquen de la tierra. Me alejen de mis raíces. Veo los restos de mis hojas en el piso, con huecos consumidos por los animales. Ellas me piden ayuda, pero aunque el cielo deposite sus lágrimas, solo se llenarán de suciedad. Es verdad que solo era una del montón. No tenía frutos vistosos, saturados o gustosos. No era la Rosa, la Margarita, la Violeta o la María.  Pero alguien alguna vez me quiso por un ratito. Me miró con ojos de ternura y me besó. Alguien alguna vez creyó que sería la flor más exótica del jardín. Me llenó de las palabras más atrevidas sobre mi tallo y colores. El problema fue que jamás lo creí. No era la hija más poderosa de la tierra, no era alabada por el sol, ni tampoco bendecida por la lluvia.  Cuando lo acepté, era demasiado tarde

Historias de fantasmas

Desde que era pequeña le he tenido un miedo, tal vez irracional, a los fantasmas. Recuerdo muy bien a las niñas de mi escuela inventando todo tipo de espectros, contando historias inimaginables y consumiendo mi miedo con sus carcajadas. Llegaba a casa con el corazón en la mano, la poca distinción de la realidad y las nulas ganas de volver a ese lugar. Lloraba frente a mis papás de la manera más desgarradora. Tanto que parecía algún tipo de agresión. Claro, mental.  Los fantasmas nunca tuvieron la culpa, pero cuando me di cuenta que todo esto me exponía a historias de terror incontables, así que decidí tomar las preguntas a mi favor. No volví a confiar en nadie hasta estar segura de que no creyera en fantasmas. Eso me dejaba en un plano terrenal de absoluta soledad, y a la idea de que a mi alrededor solo encontraba gente que me mentía para pasar tiempo conmigo. Buscaba respuestas. Desde siempre las he buscado. Las psicólogas, los padres, los amigos; mis padres. A ninguno le creía. Fue a