Días número infinito.

Vuelve y juega, ¿En dónde está la belleza? Malo, si es mucho, malo si es poco. Malo si es nada, malo si es todo. El mundo anda constantemente loco y no logran entender que su propio reflejo es lo que creen percibir con los ojos. Lanzan palabras sueltas como si buscaran encontrar sentido, chocando contra otro ser que lucha continuamente consigo. La aceptación se volvió más natural que lo que la palabra “amor propio” pensaría algún día alcanzar. Y es que por más años que lleves sirviendo vino, llegará un nuevo invitado que gustará de más y notarás que nunca estará totalmente satisfecho con tu realidad. Que si chico que si chica, que entre más natural mejor, que mucho maquillaje es sinónimo de fealdad, que por naturaleza una mujer siempre se tiene que arreglar… ¡Basta de mentiras! Dejen la crueldad. Que en este mundo vivimos para reír y no para hacer llorar. Ser maravilloso no consta de opinión, se trata de amarse a sí mismo sin ninguna excepción.

Tan cerca de la muerte, tan lejos de la vida. Es el circulo vicioso que diario nos domina. Un sol que da energía, pero quema tus entrañas. Una luna que ilumina, ya que ahoga penas varias. Los días pasan y pasan y siguen sin cobrar sentido, mientras me sigo preguntando: ¿Qué haré hoy conmigo? No entiendo que sucede, pero las lágrimas brillan más. El mundo con sonrisas vacías y ningún humano lleno de paz. Paso días llorando con ganas o sin ganas. Parece que se volvió una rutina sentirse un ser sin nada.