Monólogo de la muerte

Inspirado en el libro La Intermitencias de la Muertes de José Saramago.



No sé si renunciar a mi primer y único trabajo.

Es lo único que sé hacer.

Además, él no sabe quien soy.

Algún día tendré que contarle.

Y si no consigue salir nada de mi boca, le haré una carta.

¿Sabrá él diferenciar entre una carta de amor y una de La muerte?

El remitente es el mismo.

pero debería cambiar el color.

...

Nunca podré decir “hasta que la muerte nos separe”, sería bastante extraño.

¿Por qué estoy pensando en una vida con él?

¿Tengo derecho alguno a hablar de la existencia?

¿Cómo sé que me he enamorado?

Buscaré en internet, tal vez.

¿Palpitaciones aceleradas?

¿Cómo podrían entrar mariposas al estómago?

¿La droga del amor?

Esto parece una enfermedad más letal que mis trabajos anteriores.

Bueno, por lo menos no es cáncer.

...

¿Le gustaré en este cuerpo?

¿Le gustará mi color de piel?

¿Y si dejo de gustarle?

¿Cómo hacen los humanos para lidiar con esto si no saben ni escribir mi nombre bien?

Definitivamente era mucho más sencillo asesinar.

No es que lo disfrutara, pero nunca lo pensé lo suficiente.

Así también es el amor, supongo.

Qué agonía es no tener certezas;

no saber nada de estas vidas de las que siempre fui espectadora

Y en las que solo un suicida se reiría de mis bromas.

¿Será él un suicida por enamorarse de mí?

¿Y entonces qué sería yo por enamorarme de él?

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